Jugar un Grand Slam en plena pandemia se ha convertido en toda una experiencia. Por el Covid-19, hay muchas restricciones para evitar contagios. El Roland Garros, donde Rafael Nadal es el favorito para campeonar, no es la excepción.

La edición de este año arranca el 30 de mayo, aunque la qualy se viene desarrollando con normalidad, hasta el 13 de junio. Los jugadores tendrán que estar en dos hoteles. El Pullman París Tour Eiffel, donde estarán los 70 primeros del ranking, mientras que en el Novotel París Tour Eiffel, para los que están más abajo en el ranking y para los doblistas.

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Dentro de esta burbuja, los jugadores tendrán una hora libre para realizar actividad física en el exterior, pero todo será controlado ya que tienen que registrar la salida y entrada. Además, no pueden acudir a tiendas, restaurantes y otros lugares de relajo para evitar contagios.

Muchas pruebas con el Covid-19 en el Roland Garros

El torneo también tendrá muchos controles dispuestos. Para llegar a París, necesitan una prueba PCR de máximo 72 horas que haya dado negativa, así lleguen por avión o por tren. También firmar un documento de responsabilidad donde aseguran que no han tenido contacto con una persona con coronavirus.

Además, pasar una prueba llegando a tierra francesa. Esos controles además serán cada cuatro días. Además, los jugadores solo podrán llevar a dos miembros de su equipo. Los doblistas, cada uno solo a uno.

Por otro lado, si es que un jugador llega y da positivo, es aislado. Al día siguiente se le hace otra prueba y si da nuevamente positivo, es descalificado. Si ha sido vacunado o ya tuvo la enfermedad y por eso tiene anticuerpos, tendrá vía libre para jugar.

Rafael Nadal, el terno favorito

Rafael Nadal lleva 13 títulos en el Roland Garros y debutará contra el australiano Alexei Popyrin, número 62 del ranking a sus 21 años. Además, se viene preparando ya en las canchas de entrenamiento. Sobre un posible cruce con Roger Federer y Novak Djokovic camino al título, fue claro.

“Estamos lejos de jugar entre nosotros. Que estemos por el mismo cuadro lo veo con naturalidad porque lo lógico es que los jóvenes vayan escalando en el ranking. A mí, a día de hoy, me preocupa poco. Tengo un cuadro lo suficientemente exigente como para no pensar en más allá”, indicó.